viernes, 5 de septiembre de 2008

CORREGGIO Y PARMIGIANINOConfrontación entre la belleza y la elegancia)

En la Italia padana, concretamente en la ciudad de Parma, entre los años veinte y treinta del siglo XVI, dos pintores locales dieron vida a un diálogo entre la imagen generosa de la la belleza y el valor intelectual de la elegancia.
Uno de ellos, Correggio (Antonio Allegri) elaboró una vía para el renacimiento que abría las puertas a la luminosidad y la fluidez del estilo barroco mostrando un impresionante atrevimiento con la perspectiva.
Correggio, renovó la estructura clásica de los cuadros y de los retablos y las escenas mostraban una gracia y un sentido de la belleza que estaba abriendo una nueva vía en la pintura.
La escena en la que Zeus (Júpiter) , transformándose en una nube, abraza, besa y provoca el desmayo de la ninfa Io es verdaderamente prodigiosa. La nube divina envuelve el liso cuerpo de la muchacha, apretándolo en un suave e irresistible abrazo




El otro pintor, quizá más tenso y cerebral, Parmigianino, (Francisco Maria Mazzola) fue un contrapunto a su maestro Correggio y está claro que su propuesta en pintura era una sofisticada versión del naciente manierismo.
Su obra y su personalidad presentan el primer manierismo toscano. Para él la función del arte era trasmitir sensaciones exquisitas y excitantes, para lo cual tuvo que crear una necesaria artificiosidad que le permitía conseguir efectos de mágico hiperrealismo como en el retrato de joven mujer llamada Antea, del museo Capodimonte de Nápoles .

1 comentario:

mangeles dijo...

El autoretrato de Parmigianino lo ví en la exposición de REtratos del REnacimiento que ha estado hasta el 7 de Septiembre en Madrid...Fuí 4 veces a ver la exposición...pero a ese cuadro no me acerqué mucho...lo ví...lo miré...pero me acerqué...no me apetecía...ahora, depués de leer lo que has escrito sé por qué...SIEMPRE HE TENIDO MIEDO A LAS PERSONAS a las QUE SÉ QUE NO TENGO ACCESO, QUE NO PUEDO ENTENDER...á personas con las que no puedes mantener una conversación, un entendimiento mínimo. Estoy segura que ese Parmigianino debió ser muy raro como dices tú.

Curiosamente, a Van Gogh, a sus retratos y pinturas, me acerco sin ningún problema, más bien con entusiasmo...a lo mejor es cierta esa versión de que no tenía más problema mental que la intoxicación por la pintura que utilizaba ¿??...

Besos guapa...

(Por cierto a los autoretratos de Durero tambien me acerqué y me recreé con el de juventud...eso sí, no se si porque son unas maravillosas pinturas o porque el retratado es un "maravilloso" ejemplar de hombre, ejejejeje)