sábado, 23 de abril de 2011

El arte de la "lectura sentimental" en el día del libro




Es posible que hoy muchos hayan recordado en que etapa de su infancia empezaron a leer y en que grado de pasión eso les afectó en sus vidas, todo porque se celebra el día del libro. No está mal la idea, aunque solo sea para recordar que la lectura se convierte en algo que va con la persona, con el espacio que habita, con la gente que se relaciona y así un día se convierte en algo que ocupa una dimensión mayor.
En la corriente del romanticismo la sociedad burquesa del siglo XIX cultivaba un tipo de vida emocional que se podría definir en un solo término, EMPFINDSAM, equivalente al calificativo inglés, sentimental.
En este tipo de vida, la lectura tenía un puesto destacado, porque leer significaba identificarse con las emociones que otro había volcado en el papel y permitía explorar y ampliar el potencial emocional.
Las obras de arte reflejaban ese sentimiento.
La lectura llegaba a cautivar hasta el punto de no percatarse de los gestos y la compostura, como se puede apreciar en la obra de Franz Eybl, que representa a una joven leyendo.



El libro parece cortarle la respiración...¿quizá por la emoción?...¿quizá por la empatía?...

El libro, incluso manifiesta un movimiento en la forma de las páginas leídas donde la luz se introduce entre las páginas.
El ambiente que envuelve a la joven es neutro, pasivo, tranquilo...
Sin embargo el interior de la chica se nota agitado, está atrapada por la lectura pero con un rostro ingenuo, encantador, encontrando el equilibrio que se podía ver en las escenas idílicas de la vida cotidiana de la época del Biedermeier
(EL BIEDERMEIER (1810-1860)
"VIRTUDES PRIVADAS, PLACERES HONESTOS")


Realmente, mostrar el estado de vida interior de los individuos se convirtió en un gran reto de la pintura del siglo XIX.





Y buscando una figura más ascética y austera aun, quedé sorprendida por la imagen sobria de este cuadro de Adolph Hennig (pintor neoclásico, de la escuela de Leipzig) en el que yo veo un cierto toque de modernidad.




En un fondo monocromo la lectora está aislada de cualquier referente social, cultural o religioso.




El negro de su pelo lacio y con la raya en medio se repite en el libro que sostiene en sus manos, que cruzadas descansan sobre las rodillas dobladas (postura que tantas veces hemos visto en los jóvenes que se acoplan en un rincón de la casa, o en el patio de recreo, o en un parque, cerca de un árbol).

El escote geométrico del vestido refuerza el contraste entre el negro y el color coral, lo que da más fuerza expresiva al color del cuadro.


Todo queda suspendido por la lectura seductora que puede animar a las lectoras y lectores SENTIMENTALES.

lunes, 4 de abril de 2011

Viaje a Toledo: ciudad de las tres culturas

Después de varios días preparando este viaje a Toledo con mis alumnos de 2º de bachillerato, llegó el día.


Cuando llegamos a la Ciudad de Toledo ya éramos conscientes de que la mezcla de culturas, cristiana, judía y musulmana iba a ser una constante en el transcurso del día.
El emplazamiento de Toledo es tan original como el de Venecia o Brujas, o cualquier otra ciudad pintoresca de la Europa que llamamos medieval.

Se alza sobre el promontorio que rodea un gran meandro, recorriendo desde fuera la ciudad al este, al sur y al oeste.
Conocida como Ciudad de las Tres Culturas, debido a la convivencia pacífica durante siglos de cristianos, musulmanes y judíos.


Toledo ofrece entre sus murallas un espectáculo para el arte, una muestra de la historia del arte español.





Toledo conserva la imagen de ciudad medieval refugiada en torreones y murallas, en las que se abren distintas puertas por las que se puede acceder a su impresionante casco histórico.

Cuando Alfonso VI reconquistó Toledo la convirtió en la Ciudad de las Tres Culturas





Siempre ha sido conocida por ser la Ciudad de la Tolerancia o la Ciudad de las Tres Culturas, con la convivencia de judíos, musulmanes y cristianos.
Nunca estuvo dividida de una manera clara por barrios de cada una de las religiones, pero sí existen zonas de una mayor influencia de cada una de ellas.
Nosotros empezamos por la judería y llegamos anla Sinagoga del Tránsito.

Las dos únicas sinagogas que permanecen en pie actualmente inducen a llamar el barrio donde se encuentran la Judería, donde hubo mayor concentración de la población hebrea, aunque en realidad en la ciudad llegó a haber un total de diez.


El comercio era una de las actividades principales de los judíos, que vivían encima de sus tiendas y talleres.


Fue cristiana desde el siglo IV, pasando por los más de trescientos años de convivencia de las tres religiones bajo la dominación musulmana, hasta la Reconquista.
En el siglo XVII contaba con casi setenta edificios de usos relacionados con las actividades y ritos de cada religión, muchos de los cuales después de las desamortizaciones decimonónicas pasaron a tener usos civiles, privados o administrativos.

La estructura urbana de Toledo, con sus calles estrechas y sinuosas, es árabe. De la docena de mezquitas quedan dos, la del Cristo de la Luz, del año 999 y la de Tornerías, algo posterior. La mezquita mayor estaba en el emplazamiento actual de la catedral, pero parece ser que no fue un edificio notable, sólo espacioso para poder acoger a todos los habitantes varones.

Las puertas de Alfonso VI y Bisagra Vieja tienen estructuras árabes. La noria en la orilla del río Tajo es herencia de las técnicas de regadío. Pero sobre todo, la herencia más patente es la estética mudéjar en la arquitectura y decoración utilizada durante siglos en todo tipo de edificios, incluida la catedral.
Fue un viaje de un día que todos lo recordaremos porque fue fantástico y muy muy divertido.
Gracias a todos vosotros porque sin vuestra alegría e interés no hubiera sido posible


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