jueves, 11 de octubre de 2012

Los "caprichos" de Lózar



Si hay algo fundamental en la pintura de Lózar es el color:




Un color con su valor simbólico. Su casa, su habitación, su espacio…


Es sorprendente observar la riqueza pictórica que exhibe Ricardo en estas obras caprichosas.
En sus cuadros vemos por un lado la fuerza de un estilo personalizado y por otro la estilización con esa deformación consciente para aumentar la expresividad
Matisse afirmaba que un artista no tiene un completo dominio sobre formas y colores, sino que son las propias formas, líneas y colores los que deben dictar al artista sensible el modo en que deben ser combinadas. En  los cuadros de Ricardo de Lózar hay  espacio, luz, color, forma y línea, y  el movimiento va  atrapando el momento.


En los “caprichos”  de Lózar encontramos una maravillosa sinfonía de colores, de colores vivos y armónicamente entrelazados, como lo prueba esa perfecta interrelación de complementarios, básicamente azules y amarillos, con toques esporádicos de rojos.



De esta manera consigue Lózar que el cuadro tenga vida por sí mismo. Es el cuadro el que vibra, el que se agita y convulsiona, el que clama las inquietudes de su autor. Pero el cuadro de forma autónoma, no por lo que representa. En una palabra, la pintura de Ricardo de Lózar no representa, es.
Es todo acerca de la vida, llena de caprichos. Y esa vida es todo sobre nosotros. Eso es grande y es hermoso, si optamos por verlo desde el detalle pintado de esta manera. La creación y predominio de unas composiciones que presentan los elementos elegidos. Esto excluye la necesidad de crear un espacio natural y realista donde colocar las figuras, y por lo tanto, se libera la composición de las formas.
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Estas pinturas, por separado y en conjunto, dan la voz más hermosa a la preocupación de atrapar el momento, intentan recrear la intensidad de la experiencia.


Una de las soluciones más originales y brillantes de Lózar es situar los elementos del paisaje en primer plano, como si estuvieran avanzando hacia nosotros , efecto subrayado cromáticamente con un continuo vaivén visual de avance y retroceso, que nos produce la sensación de que el bosque no está quieto, de que se mueve como un balancín que palpita. Es el perfecto ejemplo de que las pinturas tienen vida en sí mismas y claman solas lo que quiere gritarnos su autor.

Yo creo que la pintura puede cambiar el mundo. Si se ve la belleza en la pintura  el mundo es bello, emocionante y misterioso... entonces nos podemos sentir llenos de vida.


RICARDO DE LÓZAR, Nace en Salamanca en 1954.
Actualmente reside en Aranjuez y es profesor, amigo y compañero.

5 comentarios:

Nilla dijo...

Precioso texto y cuadros que te dan vida. Enhorabuena a Ricardo y, por supuesto, a ti.

mangeles dijo...

Que pinturas más bonitas. ¡¡¡Cuanto color¡¡¡ Y precioso el texto. Hay conceptos que me cuesta seguir pero...muy instructivo.

Un saludo para el artista y un besazo para tí. Y feliz día del PIlar ¡Felicidades)

Anónimo dijo...

Pilar:
Hace muchos años, al principio de mi regreso a Aranjuez, tuve el privilegio de decir unas palabras en la inauguración de una muestra de la pintura de Ricardo. Durante algunos años seguí su trabajo y gocé con la evolución de su obra hasta un día en el que, creo recordar, decidió dejar la pintura.
Hace solo unos pocos días, Blanca prieto me comentaba que nuestro común amigo, Ricardo, estaba preparando una exposición, pero no supo decirme dónde, ni cuándo. Estos cuadros que nos presentas en tu blog y la introducción haces a la obra del pintor, han alentado en mí nuevas emociones. Mas, a mi entender, ¡no hay duda!, el pintor de hoy sigue vinculado al pintor de ayer. No obstante, hay una sugerente sorpresa en sus nuevos trabajos.
Me fascina lo que he visto y me alegra que Ricardo de Lózar siga ahí, creando y transitando seguro por la luz.
Pilar, te agradezco y felicito por la noticia.
Un abrazo,
Cecilio

PACO HIDALGO dijo...

Es cierto, el color es lo que destaca en su pintura, pero no un color estridente y chillón, sino estudiado y ponderado. Aprovecho para felicitarte en tu onomástica, aunque algo tarde. Abrazos.

DRZ arquit dijo...

Pilar, se agradece esta interpretación de la realidad porque nos hace sentir a los demás que podríamos también interpretar. En esta interpretación emerge un individuo, uno que es amante y que pinta con cariño. Es de agradecer la felicidad que se desprende de estas pinturas,de su color, se contagia. Creo que siendo la pintura un oficio tan personal, ésta es buena para la mayoría y nos enseña un mundo por disfrutar. Abrazos y gracias